Pasamos más tiempo en nuestras oficinas que en nuestras propias casas. De hecho, si descontamos el tiempo que dormimos, pasamos tres veces más tiempo en la oficina que en nuestro hogar. Teniendo en cuenta este dato, es curioso que dediquemos tan poca atención al lugar en el que pasaremos más de la mitad de nuestras vidas.
Los estudios de ergonomía en el trabajo han llegado a conclusiones muy interesantes sobre la influencia de los elementos físicos en las personas. Desde las sillas de oficina hasta los colores de las salas de trabajo influyen directamente en el ánimo y la productividad de los trabajadores.
Por este motivo, desde hace algunos años, se ha cambiado el concepto de la oficina como ambientes integrales en los que el diseño arquitectónico es crucial. Se ha determinado que todos los elementos físicos de la oficina deben guardar una armonía, ergonomía y confortabilidad destinadas al bienestar integral.
Dentro de todos estos elementos arquitectónicos, el suelo ha tomado un papel preponderante dentro de la ergonomía en el lugar de trabajo. Además de su evidente importancia decorativa, el suelo se transforma en un elemento que tiene gran influencia en la productividad laboral.
Asimismo, el suelo de la oficina se transforma en un factor muy importante en la percepción de las empresas por parte de clientes, visitantes y asociados. Combina sensaciones visuales, táctiles, auditivas y hasta olfativas, el suelo se transforma en el hilo conductor decorativo de la oficina moderna.
Elegir el suelo perfecto en 5 pasos
Dentro de la oficina, todos los elementos tienen una funcionalidad que se combina con la decoración y su efecto en la productividad. Para escoger el mejor suelo para oficinas, podemos seguir los siguientes consejos:
1- El suelo debe ser un conector exterior/interior
El suelo debe tener un sentido de transición entre el ambiente exterior e interior de la oficina. En ciudades con marcados cambios de temperatura, el suelo debe ser un elemento que permita hacer el cambio de ambientes de manera más suave. El suelo de oficina se comporta como un elemento de conservación energética de gran importancia.
Esto se evidencia especialmente en el verano, cuando las temperaturas exteriores e interiores pueden tener diferencias por encima de los 20ºC. Los suelos de madera, aglomerados, vinilo, PVC o linóleo, son estupendos aislantes y conservadores de energía térmica.
2- La resistencia del suelo es fundamental
En las oficinas, el tráfico de personas, mobiliario, mercancías u objetos pesados, es parte del trabajo diario. Los suelos suelen ser susceptibles a rayones, golpes y maltratos. Además, el peso de las personas y muebles de oficina, pueden deteriorar los suelos con mayor intensidad que en hogares o zonas de bajo tráfico.
Se deben elegir suelos de mayor resistencia al maltrato es fundamental. El PVC, linóleo o moqueta, suelen presentar una alta resistencia al uso cotidiano.
3- De fácil limpieza y bajo mantenimiento
Las suelas de los zapatos atraen suciedad que se traslada del exterior hacia el interior de las oficinas. Cajas que se arrastran, objetos que caen o algún líquido vertido por accidente, son elementos cotidianos en el trabajo que se lleva a cabo en oficinas.
En este sentido, los suelos que puedan limpiarse fácilmente son muy demandados para lugares de trabajo. Los suelos hechos de linóleo, PVC o de aglomerados de madera, son muy fáciles de limpiar y su mantenimiento es prácticamente nulo. Son resistentes a las manchas y su impermeabilidad permite mantenerlos limpios con poco esfuerzo.
4- Comodidad, acústica y absorción
En ambientes ruidosos, de alto tráfico de personas, con incesantes conversaciones y sonidos, el suelo se convierte en un elemento acústico de gran importancia. Aquellos suelos que permiten una mayor absorción acústica proporcionan un ambiente de trabajo mucho más confortable.
Las tarimas flotantes de madera, pavimentos de PVC o los suelos de moqueta, son aislantes acústicos por naturaleza. Sus características físicas absorben las pisadas, amortiguan el eco y favorecen un espacio de trabajo más confortable.
5- Armonía decorativa neutra
Arquitectónicamente, los suelos más neutros en cuanto a colores, texturas y formas, permiten cambios decorativos más naturales sin interrumpir la armonía. En las oficinas en la que los suelos son de colores tenues, uniformes y de formas geométricas planas, existe mayor continuidad visual.
Para conseguir este efecto de neutralidad, se deben elegir suelos que permitan colocarse de manera modular y diferenciable por ambientes espaciales. Las tarimas de madera, los pavimentos de PVC o los suelos de moqueta, pueden combinarse de manera muy armónica.
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